El 26 de marzo del 2023 en un pequeño poblado ecuatoriano llamado Alausí en la provincia de Chimborazo sucedió una tragedia ecológica y humana. Aquella noche del domingo bajó gran parte del cerro, cubriendo un total de 5 barrios resultando en decenas de casas sepultadas, pobladores que perdieron la vida y personas desaparecidas.
La historia de Danny Lema es una de las tantas, el joven de 23 años estudiante del último semestre de universidad; perdió a 11 miembros de su familia. Esa noche, tras fallar en el intento por comunicarse con ellos, decidió viajar al siguiente día en busca de sus familiares, pero solo se encontró con la casa de sus padres totalmente sepultada junto con sus familiares dentro.
Una semana después del trágico suceso, se inició con una actividad solidaria de colecta en Toronto, coordinada por Monseñor Hernán Astudillo; quien motivó a la comunidad latinoamericana canadiense a sumarse a este movimiento solidario:
“Nosotros no creemos en la caridad, creemos en la solidaridad, la caridad es un detalle de dar lo que a uno le sobra, pero la solidaridad es dar lo que uno tiene con el ingrediente más precioso del amor”.
A través de CHHA 1610 AM- La voz de la comunidad es que se inició la “Radiotón”, una campaña de colecta que estuvo vigente aproximadamente 12 días, tiempo en el que se logró superar la meta propuesta, pues se esperaba recolectar 10 mil dólares.
Se hizo llamado a la comunidad y a pequeñas empresas, días más tarde y gracias al trabajo comunitario se logró reunir 20 mil dólares para apoyar a damnificados en Ecuador. Sin embargo se espera algunas donaciones sigan llegando.
El Padre Hernán Astudillo viajará a Alausí, Ecuador para reunirse con familias damnificadas y con autoridades de la diócesis de Riobamba, para hacer la entrega de un cheque simbólico de mano a mano de lo recolectado en la radiotón en San Lorenzo, Toronto.
Monseñor Astudillo junto con el Obispo de Riobamba, José Bolívar Piedra Aguirre trabajan en conjunto para coordinar los fondos que se espera puedan emplearse en los esfuerzos de reconstrucción de viviendas o en la creación de comedores comunitarios, así como también existe la idea de un espacio comunitario que pueda servir de sano esparcimiento.
A lo largo de 24 años Monseñor Hernan Astudillo ha caminado, ha reído, ha llorado junto con la comunidad de San Lorenzo y la comunidad latinoamericana canadiense quienes una vez más han hecho un nuevo milagro.
“Gracias a Dios, y a nuestra comunidad latinoamericana canadiense quien nos inspira a seguir siendo servidores en causas nobles.”
