 Por Raúl A. Pinto.
Un nuevo tratado de libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México ha sido propuesto por el Ministerio de Relaciones Exteriores, con un énfasis en promover cláusulas que empujen más puestos laborales para mujeres y aborígenes de cada país.
La ministro de dicha cartera, Chrystia Freeland, conversó este lunes con la prensa cuando comienzan las negociaciones para renovar el tratado de libre comercio conocido en inglés como North American Free Trade Agreement o NAFTA.
En lo referente a esto, Freeland dijo que propondrá la redacción de un borrador tomado de la experiencia en el tratado económico bilateral con Chile a principios del 2017, que se convirtió en el primero en su tipo para Canadá y que ella calificó como “un gran paso”.
“Un espacio por género sería muy parecido al que mi colega Francoise Phillip, en una movida pionera para Canadá negoció en el acuerdo económico con Chile. Este fue el primer espacio en su tipo en un tratado de comercio Canadiense, fue un paso muy importante, para Canada, y a propósito, es un gran ejemplo para el NAFTA porque mientras hacemos cambios con ellos modernizando y actualizado el acuerdo actual, eso es exactamente lo que hicimos con Chile, así que hay muchas posibilidades, y ya tenemos registros anteriores de trabajo efectivo con el gobierno estadounidense, en temas relacionados con mujeres, específicamente el Concejo de Mujeres en Negocios Canadá Estados Unidos, que es un mecanismo muy valioso para apoyar a mujeres emprendedoras, y nos alegra ser socios con Estados Unidos y el Banco Mundial para ayudar a mujeres empresarias en todo el mundo”
La ministro comentó además, recordando el singular clima político que se vive en Estados Unidos y los comentarios periódicos del Presidente de ese país, Donald Trump, que Canadá se acercará a nuestros vecinos del sur con “mano dura”. Según sus palabras, “la electricidad que hace funcionar el edificio Trump Tower, por ejemplo, viene desde Quebec, así que nuestros colegas estadounidenses siempre deben recorder la importancias de nuestros lazos económicos”.
Freeland además que la idea es buscar actualizar el acuerdo actual para hacerlo más progresivo, a través de cinco puntos que incluyen mayores estándares de seguridad para los trabajadores, fortalecer las provisiones medioambientales para proteger el derecho a abordar el cambio climatico; dar un nuevo espacio por género y por tribu; dar un nuevo espacio para aborígenes y reformar la disputa entre inversionistas y el estado para proteger el derecho de los gobiernos de regular “por interés público”.
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