Hay equipos que ganan, otros que pierden…
Y luego está el Toronto FC, que ha elevado el empate a una forma de arte.
En medio de una temporada llena de contrastes, decidí transformar la frustración y la ironía de esos partidos en algo más grande: una serie de canciones que combinan fútbol, política y groove.
Porque, al final, el empate también tiene ritmo, y la mediocridad, cuando se mira con humor, puede ser casi poética.