Por Sandra Farías
El tráfico de niños es uno de los capítulos más oscuros -y a la vez desconocidos- de la historia de Chile en dictadura.
El millonario negocio de las adopciones provocó que mujeres embarazadas fueran instadas u obligadas a entregar a sus hijos, que varios niños fueran sacados del país, o que muchos de ellos fueran dados por muertos ante sus familias biológicas.
En Noviembre pasado causo revuelo en Suecia la investigación realizada por CHV Noticias, sobre las adopciones irregulares. Desde entonces Decenas de mensajes de chilenos viviendo en Suecia preguntando por su identidad y origenes surgieron a partir de este reportaje.
Este domingo La Justicia chilena confirmo la investigacion a cargo del juez Mario Carroza, uno de los pocos magistrados que se atreve en causas que involucran crimenes de lesa humanidad cometidos durante el regimen de AP.
Carroza comenzara a indagar sobre una red de adopción de menores, quienes eran alejados de sus madres en situación de vulnerabilidad para entregarlos a familias extranjeras que pagaban por ellos, mayormente de Estados Unidos
“Estamos investigando los casos que hubo de sustracción de menores durante el período de 1973 a 1990″, expresó Carroza el domingo en entrevista al medio La Tercera.
Unas 1,300 personas buscan a sus padres llenaron una ficha con sus datos en el sitio web Nos Buscamos, al igual que 900 padres o parientes que buscan a sus hijos. Todos, con la esperanza de que algún cruce de información les dé una pista.
